Elegía por el mar de emociones muertas

La primer visita tuya no deseada.

El día de ayer, 30-12-2021, viniste de noche a la casa, yo estaba por cenar una ramen cuando me llegó tu aviso de que estabas afuera, el corazón me dio un vuelco, sabía tu visita no era para algo bueno, pocas veces había sentido tanto estrés, ansiedad e incomodidad, salí de la casa buscando tu cherrito, te estacionaste frente la banqueta de una de las casas de enfrente, la sombra del mediano árbol hacía más oscura la escena, no se podía ver a través de las ventanas ni del parabrisas, sin prisa abro la puerta de tu auto, me subo y te pregunto cómo te fue en el trabajo, me respondes que fue un día tranquilo, ahora me preguntas cómo sigo de mis síntomas de la vacunación, te digo que un me siento un poco mal, con dolor de cabeza y de cuerpo (y próximamente de corazón). No aguanto más la ansiedad y te pregunto en qué habías estado pensando con tanta seriedad, sin piedad sueltas la tan temible sentencia: "tenemos que terminar" en el fondo sabía que para eso habías venido, pero no quería darme cuenta de eso, desde hace días había notado tu inconformidad con la relación, me daba la impresión que hasta la más ligera brisa haría tambalear hasta el derrumbe nuestra relación, y justo así fue, simplemente no te llevaste bien con mi familia ni con su forma de ser, no puedo culparte por eso, yo de verdad intenté ser esa persona que querías que fuera, me alejé de mis padres, me alejé de mis tías, para que te dieras cuentas de lo mucho que me importabas, en fin, esa es una discusión vieja, el día había llegado, un día que en el fondo, muy al fondo de mi mente sabía que iba a llegar, pero para el cuál nunca me preparé, porque en realidad no quería que pasara, sentí que pasó una eternidad cuando me dijiste que debíamos terminar, no sabía que decir, no sabía que hacer, ya no estaba en tu carro, ya no estaba en este mundo, me volví a sentir como me había sentido hace años, otra vez me sentí solo y desamparado, por más que traté de mantener la compostura no pude, lloré como un niño pequeño, sentí que una parte de mi moría, lenta y dolorosamente, me inundó la más amarga tristeza y pena, no quería discutir, no iba a tratar de convencerte de darme "otra oportunidad", ya habíamos estado en situaciones parecidos unas 5 veces anteriormente, esta era la vencida, me rendí, me di por vencido, me sentí derrotado, quería irme de ahí, y a la vez quería quedarme por siempre ahí, en el asiento del pasajero, al cual tal vez no me volveré a subir nunca más. ya pasó un día desde que viniste y te fuiste para siempre, jamás vas a leer esto, yo ya no quiero que te preocupes por mi, hiciste más de los que crees, me ayudaste tanto, en cambio yo solo te hice creer en mi, te hice encariñarte de un niño que simulaba ser adulto, y ahora estás triste y devastada en tu habitación (probablemente), sola, ¿quién te va a cuidar ahora? ¿quién va a abrigarte cuando tengas frío? ¿quién va a acompañarte a ver series y películas? ¿quién te llevará la comida a la cama? con todo el dolor de mi corazón, tengo que decir que no seré yo, ahora siento que nunca disfruté lo suficiente tu compañía, tu amor y tu paciencia, tengo tantas ganas de decirte que no te vayas, que por favor te quedes, pero nada va a cambiar, no se por que no puede funcionar esto, crees que te miento, y yo pienso que dices la verdad, y ambos estamos equivocados, ya no se quien soy ahora, antes era tuyo, y ahora no soy nada, y mientras más me fijo en mi alrededor, más trozos hay de ti, aquí era tu lugar, eso pensaba yo, que duro y que horroroso es el desapego, ¿por qué me duele tanto cuando veo ese pedazo de tela con forma de tiburón? porque ahí estás tú, ¿por qué duele tanto? quisiera no amanecer mañana, quisiera no estar aquí escribiendo en este mismo momento, como quisiera que no hubieras venido ayer. Me da igual mi soledad, pero ¿y la tuya? se que estás más sola que yo, y eso me preocupa mucho, necesito que alguien cuide de ti, por favor, cuídate mucho, es lo último que te pido.